martes, 14 de agosto de 2012

La estación fantasma de Chamberí

La primera vez que oí hablar sobre la estación fantasma de Chamberí, en la ciudad de Madrid, capital de España, fue hace unos pocos años gracias a un pequeño espacio del Canal de Historia. Esta estación de metro, inaugurada en 1919, fue usada durante casi medio siglo. En la década de los 60, debido al incremento del tráfico de viajeros, Metro de Madrid decidió alargar las estaciones de la Línea 1 para poder poner en servicio nuevos trenes de mayor capacidad, de hasta seis coches. Ante la imposibilidad técnica de ampliar la estación de Chamberí, por su situación en curva y su proximidad a las de Bilbao e Iglesia, el Ministerio de Obras Públicas decidió cerrarla el 21 de mayo de 1966. De esta forma, los andenes se ampliaron desde los 60 metros con que contaba desde su inauguración, hasta los 90 que tendría a partir de entonces.

Esta estación permaneció inutilizada durante más de cuarenta años, reduciendo los trenes su velocidad cuando atravesaban sus instalaciones, a las que se recordaron los andenes para facilitar la circulación. El hecho de que los accesos exteriores se hubiesen tapiado permitió la conservación de muchos de los objetos cotidianos de la época, como carteles publicitarios, tornos y hasta billetes en las papeleras. Pero su visión no resultaba invisible. Todos aquellos que subieran al metro en esta línea y pasaran entre las anteriormente citadas estaciones de Bilbao e Iglesia, y siempre que agudizaran la vista, podían ver este anden abandonado. En el año 2006, justo cuarenta años después de su cierre, se iniciaron las obras de restauración de las instalaciones, con vistas a convertirlas en museo. El 25 de marzo de 2008 se produjo, finalmente, su inauguración, y su reapertura al público en el marco del programa Andén Cero.


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